MANUEL BAZ por María Baz

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MANUEL  BAZ
por
María Baz (Mª Jesús Santos)

          Salamanca –Roma la chica- como dicen. Muy cerca del río Tormes nacía en el año 1917 Manuel Baz, en medio de una familia acomodada. No fue casualidad que al quinto hijo de Eusebio Santos y Dolores López, esta mágica ciudad, famosa por los ilustres personajes que en ella vivieron, tocara con su varita la cabeza de este autor, prolífero en humor y conocimiento humano.

          Ya de pequeño su imaginación le desbordaba, entreteniendo a los suyos con su fantasía, sobre todo a su hermano menor Fernando Santos quien a pesar de la advertencia de la madre por hacerle entender que lo que contaba era pura invención, se quedaba extasiado, terminando por decir “ ..... sé que son cuentos, pero a mí me entretiene”. La vida o el destino quiso que al cabo de los años, el teatro los uniera todavía más, formando un tándem excepcional como autor-actor. Pero si bien este niño inquieto y observador de su realidad, podía deslizarse sobre un papel y plasmar cualquier ficción, su verdad era otra, ya que por motivos familiares no pudo cursar estudios superiores, teniéndose que conformar con la educación que los Salesianos le otorgaron, a los que, por otra parte, siempre les tuvo reconocimiento.

          Todavía estaba muy lejos de escribir profesionalmente cuando en España azota la guerra civil &. El caos invadió todos los hogares españoles, no siendo menos el de Manuel Baz, teniéndose que disgregar a la fuerza esta numerosa familia de siete hermanos, dos de ellos, religiosas Esclavas del Sdo. Corazón de Jesús, de las que una murió misionera en Japón. Los tres años de sinrazón los tuvo que pasar en el frente nacional. De la incursión bélica nunca quiso hablar demasiado ya que según sus palabras “fue la experiencia peor vivida por la humanidad”, habiendo sido él su propio protagonista.

          Pero pasó la guerra & y salió de ella con la pura convicción de que todo se puede resolver con diálogo. Y así lo hizo. Hombre gran conversador (aún siendo un poco tartamudo por ser un zurdo contrariado debido a la educación de entonces) amante de las tertulias, amigo de sus amigos, le fue fácil conectar con sectores de diversas ideologías.

          En 1940 sufrió la primera pérdida familiar. Falleció su padre al que estaba profundamente unido, teniendo que empezar a familiarizarse con las ausencias eternas que con el devenir del tiempo cada vez serían más duras. Pero también llegó el amor y en medio de atónitas miradas y extrañas posturas, se enamoró de su prima Conchita Santos. La noticia no cayó muy bien en el ambiente familiar, pero ya estaba decidido: o se casaba con ella o no lo hacía con nadie. Por entonces las dos familias residían en Zamora, su segunda cuna.

          Conchita, mujer ejemplar, dotada de gran talento musical formaba parte de la Coral de Zamora bajo la dirección del maestro Haedo. Prestó sus servicios como enfermera diplomada ê en los años de la contienda.

          Todo estaba previsto para que estos dos personajes unieran sus vidas un 8 de septiembre de 1944. Así sucedió. Ese día las calles de Zamora se engalanaron para celebrar un acontecimiento poco usual y menos en una localidad tan pequeña como era Zamora en aquellos años. Y es que, ese mismo día, no sólo se casaba Manolo, lo cual hubiera sido totalmente normal en cualquier época. Lo extraordinario fue que en la misma iglesia y a la misma hora, se celebraba tres bodas. Las novias eran hermanas. Toda la prensa local se hizo eco de tal acontecimiento.

          Transcurrieron los años y el matrimonio tuvo cuatro hijos: J Quique J Mary-Nieves J Manolo y J Mª Jesús. Por entonces nuestro personaje trabajaba en lo que fue Cultura Hispánica. Pero ya se acercaba el día para lo que realmente estaba llamado. Fernando Santos, su hermano, que formaba parte del trío Zorí-Santos y Codeso, le pidió que les escribiera un libreto. Por necesidades de fechas, en un corto período de tiempo, les entregó su primera obra: “Metidos en Harina” que se estrenó en el teatro Fuencarral de Madrid el 11 de mayo de 1953 con la colaboración musical del maestro Fernando García Morcillo. El éxito de crítica y público fue tal que se hicieron más de dos mil representaciones en toda España.

          Poco a poco el veneno maravilloso del teatro le fue invadiendo. Los éxitos se sucedían pero la vanidad no llegó a rozarle ni un ápice su espíritu sencillo y generoso, quizá, tal vez por eso, no fue muy popular como personaje público, no así dentro de la profesión, a quien todos le respetaban y admiraban. Su buen hacer dejó huella en ese mundillo tan peculiar y fantástico como es el de los “cómicos”.

          Acorde siempre su obra con la evolución de la sociedad española, estrenó: “Carambola, “Lo que quiera mi papá”, “A Alemania me voy”, “Me lo dijo Adela”, “El guardia y el taxista” ... etc., interpretadas por los “chicos” como cariñosamente llamaban al gran trío de cómicos, asistidos de primeras actrices de nuestra escena: Queta Claver, Lícia Calderon, Esperanza Roy, Celia Gámez .....

          Parecía que su trayectoria había alcanzado la cumbre de su carrera, cuando en 1975 conoce a Lina Morgan. Su relación profesional fue el evento de una nueva manera de hacer Revista. Sus obras dieron un giro significativo al ser escritas para que las protagonizara una mujer. Pero fue fácil. La ductilidad de este gran autor le siguió dando numerosos éxitos. Humor fino y blanco, Lina supo conectar muy bien con el sentir de Baz. No hubo esfuerzo en la compenetración. Los dos estaban en la misma onda. Uno creando situaciones soberbias, otra interpretándolas magistralmente, y del resultado de esta unión profesional nació: “Pura metalúrgica”, “La Marina te llama”, “Casta ella, Casto él” (siempre con el mejor elenco del género, Florinda Chico, Ozores, Peña ....) “Sí al amor”, “El último tranvía” y cómo no “Vaya par de gemelas”, estas dos últimas emitidas por TVE siendo la primera vez que el Ente Público transmitiera una Revista musical, alcanzando record de audiencia. La música corría a cargo del maestro García Segura.

          Su incursión en la comedia la hizo con “El lío nuestro de cada día”, interpretada por el gran actor Ismael Merlo.

          Es difícil comprimir en unas líneas la proyección humana y profesional de Manuel Baz, maese Baz, como le llamaban los más cercanos, autor teatral y consejero de la SGAE. Quienes le conocieron saben de su humor, amistad, honestidad, generosidad y honradez. Pasó por la vida y entre bastidores sin hacer daño a nadie. Ayudando a todos los que se lo pedían, bien escribiendo “pequeñas cosas” sin reclamar su autoría o económicamente también en el anonimato.

          Las carteleras teatrales españolas, desde “Metidos en Harina” hasta su última obra “El último tranvía” se han visto con la firma de este  autor ininterrumpidamente. Cuarenta años de vida dedicada al teatro hasta un verano de 1994 que bajó el telón en su residencia cercana a Talavera de la Reina -Serranillos Playa- donde se refugiaba en vacaciones, en donde dormía bien, se bañaba, tomaba el sol, caminaba, escribía y conversaba hasta altas horas nocturnas con su cuñado-hermano Román Moreno en épocas de Semana Santa. Por el ventanal se vislumbraba un tímido sol emergiendo para unirse al alba. Román se resistía ir a dormir. Era entonces cuando aparecía la pregunta .... ¿y qué te dijo?...... ¿quién? Se preguntaría un tercer contertulio, si lo hubiera .... nadie. Era como el principio de los cuentos “ Erase una vez...” y Manolo volvía a retomar sus historias, unas veces tristes, las más, alegres e interesantes, pero esta vez todas reales.

          Dios quiso que nos dejara este año hace veinte, tal vez para que en el cielo le sigan preguntando .... ¿y qué te dijo?

Febrero 2014
Papá, all my love for you

1 comment:

  1. Hola me gustaría contactar por email sobre su padre y su relación profesional con Lina Morgan, gracias, mi email es hgarpe1370@hotmail.com

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